Tengo un invento, ¿ahora qué?
¿Cómo puedo proteger mi invento? ¿Publicar o patentar? ¿Comercializar o patentar? ¿Necesito un acuerdo de no divulgación? Estas son algunas de las preguntas más comunes al momento de pensar, ¿qué hago ahora?
Ya tienes un invento, o un invento mínimo viable. Ahora toca considerar los próximos pasos. Estos próximos pasos dependen de ti. ¿Qué quieres lograr con el invento? ¿Cuál es tu objetivo? ¿Cuál es tu visión? Tus respuestas a estas preguntas van a ser la base de la estrategia por desarrollar.
Esta estrategia tomará en consideración tus objetivos y visión, en adición a los criterios y aplicación de la propiedad intelectual.
¿Qué tipo de propiedad intelectual aplica?
La propiedad intelectual consiste en un conjunto de derechos los cuales se pueden dividir en cuatro áreas principales. Su aplicación, impacto y uso, varía entre una y otra. Estas cuatro áreas principales son: los derechos de autor, las marcas, los secretos comerciales o industriales y las patentes.
Cada una de estas, brinda una protección particular y única. Bajo ciertas circunstancias, estas protecciones pueden complementarse una a la otra. En otras circunstancias son excluyentes. Por esto, es importante conocer la naturaleza del invento, al igual que los objetivos y la visión del inventor.
El impacto de la divulgación pública y las patentes
Con los inventos, descubrimientos, nuevos desarrollos o procesos, podemos caer en la tentación de gritarlo a los cuatro vientos, ya sea mediante una publicación, presentación, material informativo o promocional. En materia de patentes, esto puede ser considerado una divulgación pública.
El significado de una divulgación publica es algo técnico legal. A grandes rasgos, para efectos de una solicitud de patente, una divulgación publica consiste en cualquier comunicación o divulgación hecha sobre el invento, antes de someter una solicitud de patente, mediante la cual un experto en la materia pueda replicarlo.
En la mayoría de los países, una vez se divulga públicamente el invento automáticamente se pierde el derecho a obtener una patente. En los Estados Unidos, esto no es así.
En los Estados Unidos, la divulgación pública activa inmediatamente un periodo de gracia de un año para someter la solicitud de patente correspondiente. Si no se presenta la solicitud dentro de este año, se pierde el derecho a presentar la solicitud.
Bajo cualquiera de los dos escenarios, una vez se pierde el derecho a presentar la solicitud de patente, el invento entra al dominio público en ese país. Lo que implica que cualquier persona puede hacer, vender, ofrecer para la venta, distribuir e importar el invento.
Como si fuera poco, una vez se divulga públicamente el invento, automáticamente se pierde el derecho a tratar y protegerlo como un secreto comercial.
¿Debo comercializar mi invento?
Cuando y como comercializar un producto o invento va de la mano de las interrogantes que plasmamos al inicio del escrito. No hay una respuesta mágica, única o correcta. La estrategia o pasos que tomar siempre estará atada a los objetivos y visión del inventor para con el invento, producto o desarrollo.
No hay nada malo con comercializar directamente el invento y no solicitar una patente. Esto es una práctica bastante común. Lo importante es que la determinación que tomes sea una decisión informada, tomando en consideración todas las implicaciones, buenas y malas.
¿Qué cosas debo considerar al tomar una decisión?
Recuerda, el proceso de solicitar una patente es costoso y toma tiempo. Una vez obtienes la patente, tu invento estará protegido por 14 o 20 años, según el tipo de patente. Una vez expire el termino de protección, el invento entrará al dominio público.
Si solicitas una patente, y la misma es denegada, no hay vuelta atrás. No tendrás la opción de retirar la solicitud para proteger el invento como un secreto comercial. Antes o después, con o sin una patente, la decisión de cuando comercializar el invento es tuya. Todo lo demás son estrategias para proteger el invento y su vida útil dentro de la cual maximizar tu retorno de inversión.
Tengo un invento, ¿ahora qué? La respuesta está en ti. En los objetivos y propósitos tuyos o de tu empresa y las estrategias que tracen.
Por: Patricia Ramírez Gelpí, J.D., LL.M.